Hoy vengo a escribirte a ti como si se tratara de mí, porque sigamos luchando y avanzando, porque no dejemos que la cabeza nos gane. Por ese algo borroso del ‘todo pasa por algo’ que odiamos a rabiar cuando solo vemos el túnel.
‘Todo tiene su tiempo’ y nos prometo que llegar llegará. Porque los sueños, a veces, se hacen realidad; solo tienes que mirar a quien un día quiso estar donde tú estás. -M2A
Vivimos atrapados en las generaciones, donde si te sales de tu camino original sientes el mayor fracaso que puedas imaginar. Desde pequeñitos nos enseñaron que repetir curso era algo ‘malo’, eras esa persona que va por detrás, un perdedor, quien no ha sido capaz de seguir el ritmo del grupo. Ser el rezagado implicaba, muchas veces, perder a todos esos que quedaban por delante, empezar de cero solo. Desde pequeñitos nos educaron sobre blanco o sobre negro, pero nadie nos enseñó que de una escala de grises se pueden sacar cuadros espectaculares.
La vida no es un camino generacional, tus días son una carrera donde tú eres el único corredor, quien decide cómo marcar el ritmo, dónde vas a llegar y cuánto descansaras por el camino. Lo único que se nos escapa de la manos es el cuándo nos volveremos a caer, pero no el qué nos motivará a levantarnos de nuevo.
Cuando tienes una meta a largo plazo el camino se hace pesado, muchos años dedicados a alcanzar aquello que cuando llegas a rozarlo se esfuma sin ni si quiera poderlo atrapar. Puede parecer una catástrofe aunque, si lo miras con perspectiva, la piedra que entorpece tu paso no es más que una piedrecita a la que puedes patear. Cuando tus rodillas tocan el suelo y la herida comienza a doler verte avanzando es imposible de visualizar; asi que levántate y párate a pensar hacia dónde estabas corriendo y si de verdad quieres llegar, porque ya sea hoy o mañana si te lo propones lo alcanzarás.
Con el tiempo aprendí que ese algo por el que todo pasa es real, pero lo que cuesta creer es que ese algo no siempre es el objetivo de nuestra dicha. Quizás, y solo quizás, esta caída te traiga miles de casualidades que aprenderás a ver con el tiempo, muchos ‘si no me hubiera tropezado…’ acompañados de personas e historias increíbles.
No puedo prometerte que ese ‘todo pasa por algo’ sea del todo fiable y real, pues cuando la nube es negra ni un rayo de luz va a iluminarte la mente. Lo que si puedo asegurar es que ‘Todo tiene su tiempo’ y mientras que el transcurso de los años nos condena a que la carrera es generacional son muchos que nos adelantan por detrás y otros muchos que vamos adelantando; todo porque somos incapaces de pararnos a descansar o coger carrerilla solos.
Como bien dijo Machado ‘caminante no hay camino se hace camino al andar’ pero lo que no nos dijo nadie es que ni será recto el camino ni que nos íbamos a desviar.
– Todo tiene su tiempo –
Fue un 15 de Mayo de 2013 cuando escribía las siguientes palabras. Hoy las dejo aquí para recordarte(me) que ver avanzar a los demás sin ti nunca será fácil, pero cuando menos te des cuenta serás quien encabeza tu propia carrera. Hay veces donde las segundas oportunidades traen historias y desenlaces mucho mejores de los que nos habíamos imaginado.
Nunca dejes de soñar C.
[…] el tiempo, hace que te choques con un gran número de casualidades que pueden cambiarte el rumbo siempre que tú las dejes. Cuando me dijeron que tendría que estar un año parada, sentada en el banquillo mientras los demás continuaban corriendo el mundo se me vino encima, vi mi meta alejarse poco a poco y tenía la necesidad de echar a correr lo antes posible. Sentí que el tiempo se iba a parar e iba a volver a pasar lentamente de manera que lo que me quedaba de carrera se convirtieran en los kilómetros más pesados de mi vida. Sin embargo, ahora que el entrenador está a punto de volverme a dejar correr me doy cuenta que lo único que ha hecho es que me topé con una de esas casualidades, de manera que he aprendido a mirar el paisaje de nuevo. Había olvidado lo que era sentarse y ver pasar a gente, inventar grandes historias, sonreír y hacer que esa sonrisa dure meses y semanas, volver a recordad lo que era ser feliz por un simple instante sin estar condenada por lo que tienes que hacer. Ahora entiendo más que antes lo que una amiga siempre me decía »Todo pasa por algo». La gente puede decirme que ha sido un año perdido, y yo puedo contestar que no; que me he encontrado con muchas pequeñas casualidades que me han enseñado algo nuevo, que me han cambiado, que me han hecho más grande y lo más importante casualidades que se quedaran y echaran a correr de nuevo conmigo, casualidades que el resto no tienen. Pero sobre todo he aprendido a volver a disfrutar del segundo, del tiempo presente, a saber diferenciar entre ayer, hoy y mañana sin que este último me tenga condenada. […]
By me. For me
M2A
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